El Juego del Miedo

Dos hombres, Adam (Leigh Whannell) y el doctor Lawrence Gordon (Cary Elwes) despiertan atados en diferentes partes de un baño abandonado. Además de ellos hay un tercer hombre muerto de un disparo en la cabeza portando una pistola en una de sus manos. Ahora, ambos hombres forman parte de un macabro juego creado por un psicópata, cuyo fin es que uno acabe con el otro. Mientras el perpetrador está acercándose furtivamente a Adam y a Lawrence, él está siendo rastreado a su vez por un ex-policía (Danny Glover), quién desea únicamente vengar a su desafortunado compañero.

En El juego del miedo se insufla tensión de manera creciente hasta que la burbuja estalla durante el clímax. El film se construye como un enigma progresivo en donde cada escena plantea uno nuevo; el objetivo primario es incrementar la ansiedad a través de la incertidumbre, y su director, el primerizo James Wan, no escatima para ello en el uso de imágenes por demás escalofriantes.

Violencias físicas, detalles ensangrentados, y la imaginería repugnante agradarán a entusiastas del horror cómo también al espectador más inteligente que se encontrará incapaz deducir el sorprendente final. El Juego del miedo es uno de los films americanos más oscuros sobre genios delictivos con los egos mesiánicos y sus tormentos sádicos que no escatiman en el daño físico, emocional o mental.

Como película de miedo y misterio, El Juego del miedo eclipsa algunos de los fracasos del año pasado, funcionando a la perfección gracias a un mecanismo de relojería por demás ingenioso y excéntrico; decididamente un brillante psycho-film de los últimos años.